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71. Garza Garza "Loreley", María Luisa

Escritora y poeta.

(1885 -1980)

María Luisa Garza Garza fue una líder en el ámbito literario de Nuevo León, mejor conocida como “Loreley”, por sus labores como escritora, activista y periodista durante la Revolución Mexicana. Nació en Cadereyta Jiménez, México, el 15 de agosto de 1885, hija de Francisco Garza González y Petra Garza Quintanilla, quienes se encargaron de darle una extensa educación.

Mi historia

En 1902, se casó con el doctor Adolfo Cantú Jáuregui. Sin embargo, su matrimonio se desmoronó tras el nacimiento de sus hijos, pues se hizo presente el control abusivo de su esposo. De este enlace, nació el pintor Federico Cantú Garza, el menor de sus hijos, quien se dedicó al desarrollo de las artes plásticas. Por ello, sumado al estallido de la Revolución Mexicana, emigró hacia Estados Unidos.

En 1910, se estableció en San Antonio, donde comenzó a trabajar para distintos periódicos. A pesar de su compleja situación, como madre emigrante encargada de sus hijos, María Luisa logró encontrar un espacio en los periódicos La prensa y El imparcial de Texas. En este último, se designó como encargada de la columna “Crónicas femeninas”, dirigida hacia mujeres quienes, como ella, debieron salir de México.

Así, encontró un espacio para integrarse al movimiento literario “El México de afuera” alrededor de 1920. A través de sus crónicas, escritas bajo el seudónimo de “Loreley”, la jóven se comprometió con este movimiento gracias a su reputación entre el público hispano. Aunque en la actualidad se le crítica por sus fuertes posturas sobre los comportamientos que una mujer debía seguir, se le reconoce por su intento de concientizar sobre la importancia de la solidaridad entre la comunidad mexicana en el exilio.

Su estancia en Texas le permitió acercarse a la literatura. Su compromiso con el movimiento le permitió acercarse al público estadounidense, con lo cual se abocó a realizar diversas labores culturales. Además de dirigir el periodico en español La época, fundó la revista Alma femenina. Así, logró editar sus dos primeros libros a principios de la década de 1920, La novia de Nervo (1922) y Los amores de Gaona (1922).

En 1923, Loreley regresó a México, donde continuó escribiendo. En los siguientes años, se dedicó a la publicación de sus obras, pues gran parte de su narrativa y poética aparecieron en un breve periodo. Las novelas Almas y quimeras (1924) y Tentáculos de fuego (1930) fueron consideradas “fuertes” para la época, por abordar temas relacionados a las adicciones, las enfermedades sexuales y la prostitución. Estos temas fueron reflejo de sus preocupaciones sociales.

En 1932, fundó y presidió la Cruz Azul Mexicana, con el propósito de defender a los mexicanos indocumentados en Estados Unidos, gracias a sus acercamientos con los gobiernos posrevolucionarios. Asimismo, ayudó a fundar el Instituto Nacional de Protección a la Infancia, y dirigió la campaña antialcohólica de la Secretaría de Asistencia de México. Por su amistad con la escritora chilena, dirigió la Escuela Hogar Gabriela Mistral.

María Luisa Garza “Loreley” falleció el 15 de noviembre de 1980, tras una larga época de activismo político. En 1989, su hijo, Federico Cantú, le dedicó un bajorrelieve en mármol que era posible encontrar en la Plaza Principal de Cadereyta Jimenez. En años recientes, la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) ha luchado por recuperar su legado cultural y literario, a través de distintos medios, como una de las primeras escritoras nuevoleonesas en ser reconocida a nivel internacional.

Entre su obra, destacan La novia de Nervo (1922); Los amores de Gaona (1922); Alas y quimeras (1924); Escucha (1928); Tentáculos de fuego (1930); y Soñando un hijo (1937). Asimismo, se encuentra Hojas dispersas (1937), antología de cuentos y prosas rimadas. La Editorial Universitaria de la UANL, por su parte, ha reeditado parte de su obra como parte de la colección “Lecturas Universitarias”.

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