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64. Garfias Zurita, Pedro

Escritor y maestro.

(1901 - 1967)

Pedro Garfias Zurita fue un líder en los ámbitos literario y humanista de Hispanoamérica. Se le recuerda como uno de los poetas más famosos del castellano, así como de la Generación del 27. Sin embargo, su lucha por sus ideales lo condenó al exilio tras la victoria de Francisco Franco en España.

Mi historia

Pedro Garfias nació en Salamanca, el 20 de mayo de 1901. Durante su infancia su familia se trasladó a Cabra, Andalucía, donde comenzó a escribir a sus 9 años. Se interesó por la literatura durante el bachillerato, y publicó sus primeros poemas en algunos diarios locales, como La Opinión y El Popular.

Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Sevilla. Ahí, participó en tertulias literarias, y adoptó una ideología liberal ligada al republicanismo español.

En 1922, dirigió la revista Horizonte. Así, desarrolló una inclinación por el movimiento ultraísta y la “joven literatura”. Junto a Juan Chabás y José Rivas Paneda, colaboró con la publicación de diversos escritos y poemas de algunos de sus contemporáneos.

En 1936, se enlistó en el Partido Comunista Español. Para cuando estalló la Guerra Civil Española, destacó como un poeta antifascista y defensor de la República. Su labor como escritor no se detuvo durante el conflicto, pues publicó una serie de poemas dedicados a este período.

En 1938, ganó el Premio Nacional de Poesía. Su poesía bélica, y su labor como periodista, le valieron este premio. Su estilo sencillo y directo recordaba a aquellos héroes de la guerra. Sin embargo, decidió partir de España tras la victoria de Francisco Franco.

Se estableció en México en 1941. Durante este periodo, publicó algunos de sus poemas más recordados. Entre ellos, destacan: Primavera en Eaton Hastings (1941), Poesías de la guerra española (1941) y Elegía a la presa de Dnieprostroi y otros poemas (1943). Estos escritos reflejaron sus sentimientos entorno al exilio político y a la situación de su natal España.

En 1943, se estableció en Monterrey. Conoció a los intelectuales de la época, y se desempeñó como funcionario de la Universidad de Nuevo León. Entre sus amistades, se le veía en compañía de Santiago Roel, Raúl Rangel Frías, Alfredo Gracia Vicente e incluso jóvenes de la época como Alfonso Reyes Martínez, Miguel Covarrubias y Andrés Huerta. Durante cinco años, fue secretario del Departamento de Acción Universitaria de esta institución.

En sus últimos años, descendió hacia la desesperanza y la pobreza. Sus amigos intentaron brindarle cobijo en el destierro, sin embargo poco fue de ayuda. Falleció el 9 de agosto de 1967, a sus 66 años de edad, en Monterrey. Se le recuerda como uno de los poetas más recordados del movimiento ultraísta, al romper los esquemas del modernismo y superar las barreras del lenguaje y la estética tradicional.

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