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55. Galindo, Alejandro

Cineasta.

(1906 - 1999)

Héctor Alejandro Galindo Amezcua fue un líder en el ámbito de las artes cinematográficas de México, reconocido como uno de los directores más importantes de la Época de Oro del cine mexicano, precursor del cine urbano mexicano y realizador de más de 80 películas durante su trayectoria. Nació en Monterrey, México, el 14 de enero de 1906, de donde se mudó tras la muerte de su padre en 1912.

Mi historia

En los años siguientes, su interés por el cine lo llevó a buscar fortuna en Hollywood. Se estableció en Los Ángeles, Estados Unidos, donde trabajó como laboratorista, secando películas y editando trailers. Asistió al director Cecil B. de Mille en los estudios de la Metro Goldwyn Mayer como traductor de interludios y en la elaboración de guiones cinematográficos. Con la popularización del cine sonoro, la Columbia Pictures lo contrató para adaptar al español sus películas.

En 1934, debutó en el cine como guionista de La Isla Maldita, de Boris Maicon. Tras su regresó a México, se desempeñó como guionista y director de novelas radiofónicas, gracias a sus experiencias en el Hollywood Institute of Scriptwriting and Photoplay, para la estación XEW. A esta, le siguieron algunos guiones más, como El baúl macabro (Miguel Zacarías, 1936) y Ave sin rumbo (Roberto O’Quigley, 1937).

En 1937, debutó como director de largometrajes con Almas rebeldes, producida por Raúl de Anda. En adelante, se incursionó en varios géneros, donde se perfilan los elementos característicos de su obra: diálogos verosímiles, ambientes reales y tramas que no esconden su inspiración en la vida cotidiana. Asimismo, realizó su primera película con tema urbano, Mientras México duerme (1938). Sin embargo, su periodo más fructífero aún estaba por venir.
En 1945, se estrenó Campeón sin corona, pieza fundamental de su trayectoria. Su interés por representar a la nueva clase media mexicana lo llevó a escribir una gran variedad de historias, protagonizadas desde boxeadores hasta taxistas, y de choferes de autobuses hasta vendedores de aspiradoras. Además, la migración interna, es decir, el desplazamiento del campo a la ciudad, y los cambios producidos por la modernidad en la sociedad de la época se convirtieron en ejes para gran parte de sus historias.

En 1949, ganó el Ariel a mejor película por Una familia de tantas (1948). Este premió representó la cúspide de un gran momento creativo en su carrera, pues siguió cosechando éxitos. En 1954, repitió el galardón con Los Fernández Peralvillo. Asimismo, Galindo se mostró como un director capaz de abordar temas escabrosos, como la migración mexicana hacia Estados Unidos, con Espaldas mojadas (1953), reconocida como una de las primeras películas del cine de frontera en México.

Sin embargo, su carrera dio un giro drástico a finales de la década de 1950. Tras dedicarse a retratar, con cierto moralismo, los problemas de la adolescencia en su obra, se dedicó al teatro, con guiones para diversas representaciones. Aunque no dejó el cine, comenzó a realizar pausas cada vez más largas entre sus películas. En cierto sentido, no logró adaptarse a los cambios de la industria cinematográfica, dedicada a retratar con mayor fuerza los problemas sociales y políticos de la década de 1970. Sus mejores años ya habían pasado.

En 1987, la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México le otorgó la Medalla Filmoteca UNAM por sus aportaciones y creatividad a la cinematografía nacional. A pesar de sus decepciones con la industria, su carrera fue ampliamente reconocida gracias a sus ocho premios Ariel por dirección y adaptación cinematográfica. En 1990, recibió el Ariel de Oro por trayectoria artística. Dos años después, una sala de la Cineteca Nacional se nombró en su honor. Alejandro Galindo falleció el 1 de febrero de 1999 a sus 93 años de edad, tras una larga carrera dedicada a representar la intensa vida mexicana del siglo XX.

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