
49. Espino González, Héctor
Beisbolista.
(1939 - 1997)
Héctor Espino González fue un líder en el mundo del béisbol mexicano. Si bien era oriundo de Chihuahua, fue un ancla para el béisbol regiomontano al ser parte de los Sultanes de Monterrey. Su capacidad como bateador le hizo ganar apodos como “El Niño Asesino”, “El Rebelde" o “El Superman de Chihuahua”. Es considerado el máximo jonronero de las Ligas Menores, con 484 home runs, y el mejor bateador mexicano en la historia del deporte. Desde 1985 forma parte del Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México.
Mi historia
El beisbolista chihuahuense nació el 6 de junio de 1939. Debutó en la Liga Nacional en 1959 con los Dorados de Chihuahua, mostrando gran talento con el bate. Al año siguiente se unió a los Tuneros de San Luis Potosí. No obstante, el equipo más icónico de Héctor Espino es definitivamente Sultanes de Monterrey, donde inició en 1962 en la Liga Mexicana de Verano. Entró como jardinero izquierdo. Gracias a Espino el equipo regiomontano ganó el campeonato, logro que le otorgó el título de Novato del Año.
En 1964 su posición fue jardinero de primera base con el cual obtuvo su primer título de bateo. Para este punto El Niño Asesino tenía en su registro 46 home runs, 118 carreras anotadas, 117 carreras impulsadas y un .371 en promedio de bateo. Su total de carreras era uno de los más altos de la Liga Mexicana y su trayectoria está marcada por los puntajes más altos, como sus 13 títulos de bateo.
Pronto capturó la atención de los organizadores del deporte en Estados Unidos por lo que en agosto de 1964 el chihuahuense debutó en el Triple-A Jacksonville, filial de los St. Louis Cardinals. Dos años después regresó a la Liga Mexicana y siguió rompiendo récords. Jugó con los Naranjeros de Hermosillo en la Serie del Caribe 1976 y años después, en 1984, se retiró del deporte.
Realizó una breve pero sólida carrera de entrenador para los Industriales de Monterrey en 1991 y durante los siguientes años fue una presencia constante en el béisbol mexicano. Falleció el 7 de septiembre de 1997 en Nuevo León, pero su legado vive en la memoria de los Sultanes de Monterrey.