48. Espino Barros, Eugenio
Fotográfo
(1883 - 1978)
Eugenio Espino Barros fue un líder en el ámbito cultural de Nuevo León, como fotógrafo y emprendedor de la fabricación de aparatos fotográficos, entre ellos las cámaras NOBA. Nació en Puebla de los Ángeles, México, el 10 de octubre de 1883, hijo de Manuel María Espino Barros y Cosío y María Rebouche Raymond, donde estudió dibujo en la academia de Puebla. Apasionado de la fotografía, a sus 16 años fabricó su primera cámara fotográfica con cartón y vidrio de aumento.
Mi historia
En 1900, un fotógrafo estadounidense lo ocupó como su asistente durante su travesía por México. Así, se profesionalizó en la captura de imágenes y en el uso y manejo de los químicos necesarios para el revelado de las fotografías. Al cabo de un año, se estableció en la Ciudad de México, donde vivió como fotógrafo para diversas instituciones educativas.
En 1909, se dedicó a realizar el álbum fotográfico: México en el Centenario de la Independencia. Gracias a sus contactos, logró financiar este ambicioso proyecto y viajar alrededor de todos los estados de la República Mexicana para tomar fotografías. En 1910, se publicaron dos ediciones de esta obra, con 2 mil ejemplares cada una, de un valor incalculable tanto artístico como técnico e histórico.
A principios de la década de 1910, diseñó sus primeros equipos fotográficos. Trabajó en el estudio de Martin Ortiz, considerado el mejor fotógrafo del país, donde diseñó y construyó una impresora semiautomática de negativos fotográficos. En 1914, viajó a Nueva York, donde esperaba patentar su innovación y venderla a Kodak. Así, aprendió las últimas fórmulas y técnicas relacionadas a la fotografía, con lo que pudo instalar su propio estudio fotográfico a su regreso a México.
En 1930, se estableció en Monterrey, siguiendo su auge industrial. Tras una estancia en Tampico, en donde se casó con Esther Robles Saldaña y nacieron sus siete hijos, la familia decidió partir y establecer su estudio en la ciudad. Se especializó en la fotografía industrial, al trabajar para empresas como la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey y Vidriera Monterrey. Además, se relacionó con diversos fotógrafos de la época, con quienes también compartió sus conocimientos.
En 1940, constituyó su propia empresa: E. Espino Barros e Hijos. Logró involucrar a sus hijos en la fotografía, así como en el desarrollo de aparatos fotográficos. Aunque sus primeras labores eran en el laboratorio, también les pidió acompañarlo en la toma de fotografías. En 1949, se formalizó la fabricación de cámaras NOBA, cámaras portátiles con tripié-escalera diseñadas para tomar fotos desde 4.5 metros de altura.
En 1958, ante el éxito de su negocio, establecieron la Fábrica NOBA. Como negocio familia, Eugenio se encargó de tomar fotografías y vender sus aparatos, mientras sus hijos se encargaban de la administración y producción de la empresa. Sus cámaras se popularizaron entre fotógrafos profesionales de México, y la marca NOBA llegó a convertirse en sinónimo de cámara de estudio. Así, comenzaron a exportar sus equipos hacia Estados Unidos, donde mantenían estrecha relación diversos empresarios.
Su trabajo ha sido ampliamente reconocido. En vida, recibió la medalla “Fellowship”, por parte de la Professional Photographers of America, y el título “Master”, otorgado por la Sociedad Mexicana de Fotógrafos Profesionales. Sus fotografías son registros minuciosos del desarrollo económico y social de mediados del siglo XX, desde las naves industriales de Fundidora, cementeras y ladrilleras hasta los cerros, símbolos inseparables de Monterrey.
Eugenio Espino Barros falleció en Monterrey, el 15 de agosto de 1978, a sus 95 años de edad. A pesar de su vasta obra, se han hecho esfuerzos por recuperarla, pues no solía guardarla para sí mismo. En la actualidad, la Fototeca Nuevo León, del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, resguarda parte de esta.