26. Cantú Treviño, Manuel
Empresario.
(1860 - 1913)
Manuel Cantú Treviño fue un líder empresarial mexicano, pues logró consolidarse en diversas industrias gracias a su versatilidad para comprar e invertir en nuevas empresas. Además de la fundación y compra de compañías textiles, como Sorpresa y Primavera, La Leona, La Fama y El Porvenir, incursionó en la industria vidriera con la embotelladora Topo Chico y la siderúrgica Fundidora de Fierro y Acero, donde mantuvo importantes acciones. Muchas de estas empresas fueron consideradas como sinónimos del estado de Nuevo León por su importancia nacional.
Mi historia
El empresario nació en Salinas Victoria, Nuevo León, el 6 de junio de 1860, hijo de los comerciantes Aniceto Cantú y Juanita Treviño. Su familia era extensa y tuvo once hermanos. En 1871, su familia se trasladó a Monterrey con el propósito de mejorar sus oportunidades económicas.
Dos años después, Manuel Cantú Treviño entró a trabajar a la tienda de Juan Crisóstomo Sepúlveda en Saltillo, Coahuila, a sus 13 años. Aunque permaneció tan sólo 3 meses, logró encontrar su vocación para los comercios. De vuelta en Monterrey, ingresó en la firma comercial Patricio O’Dowd y Compañía para operar la tienda de muebles, ropa y textiles El Nuevo Laredo.
En 1886, se volvió socio de la firma. Por su habilidad para administrar ingresos y su capacidad para delegar negocios, ahorró grandes cantidades de tiempo y esfuerzo en los años siguientes. Estas habilidades para gestionar nuevos negocios le permitieron comprar algunos ya establecidos y administrar para lograr su mayor potencial.
Este fue el caso de la Fábrica de Hilados y Textiles La Leona, que compró a Robert Law en 1889. Para entonces, la fábrica empleaba cerca de cien obreros y producía más de 15 mil piezas de lana.
Sus ahorros le permitieron comenzar su propio negocio: Manuel Cantú Treviño y Hnos., en 1891. Durante el transcurso de esta década la tienda cambió de nombre a Sorpresa y Primavera, uno de los principales almacenes de ropa de la ciudad. Por su enorme éxito, logró diseñar un edificio exclusivo para la tienda de la mano del arquitecto Alfred Giles, que terminó en septiembre de 1901.
Realizó diversas inversiones en la industria de Monterrey. Además, del sector vidriero, invirtió un gran capital en las acciones de la recién inaugurada Cía. Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey en 1900. Esto le permitió desempeñarse como director suplente de su primer Consejo de Administración.
Poco después, el empresario contrajo matrimonio con Octavia Rivero Fernández el 24 de mayo de 1901. Sus lazos con la familia Rivero Fernández le permitieron consolidarse en un fuerte sector de la industria textil en Nuevo León. En 1908, se asoció con su suegro, Valentín Rivero Gajá, en la fábrica de Hilados y Textiles El Porvenir.
En los años siguientes, no cesó en su paso por el sector industrial. En 1908, se asoció a la Compañía Embotelladora de Topo Chico y la transformó en un conglomerado industrial al contar con los insumos para el embotellamiento y producción de las aguas gaseosas.
Miguel Cantú Treviño tenía una voz influyente en los asuntos económicos del estado y no fue ajeno a la política, llegando a ser diputado federal, y era sumamente popular con sus trabajadores, pues tenía fama de caritativo.
Falleció de forma sorpresiva el 7 de abril de 1913, a los 52 años y, a falta de descendencia, sus sobrinos se encargaron de sus empresas. A su muerte, 37 empleados de Sorpresa y Primavera comunicaron a la familia su gratitud con el empresario de Nuevo León.